La relación de Villamartín con la agricultura y la ganadería ha hecho que a lo largo de la historia desarrollen oficios ligados a estas actividades productivas. La guarnicionería se ha mantenido hasta nuestros días ofreciendo productos de primera calidad para el mundo ecuestre. Zahones, botas o monturas se muestran entre los artículos artesanales más demandados por aficionados y profesionales del caballo.

Otra de las actividades que ha conseguido abrirse hueco en el difícil mundo de la artesanía ha sido el de la cerámica artística. Desde hace años esta actividad se ha desarrollado especialmente en calles y plazas de la localidad y actualmente son muchas viviendas del casco histórico las que muestran parte de ese arte. Desde Villamartín. Desde Villamartín se han exportado murales cerámicos y muchos otros trabajos que llevan el nombre de la localidad a puntos muy distantes. De estos trabajos cabe destacar la Puerta de Villamartín, que se encuentra en Bellegarde, pueblo francés hermanado con Villamartín, y que recuerda los lazos que unen a ambas localidades.

 

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