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Dolmen de Alberite
Tras el descubrimiento del dolmen de Alberite en el año 1992, se realizó una excavación arqueológica sistemática por la Universidad de Cádiz en los últimos meses del 1993 y al año siguiente, la Junta de Andalucía, inscribió con carácter específico de Zona Arqueológica el Dolmen de Alberite en Villamartín, dentro del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
En el año 1996 se coeditó un libro entre la Universidad de Cádiz y el Ayuntamiento de Villamartín que recogía los resultados científicos de la intervención arqueológica de 1993 y a partir de aquí quedaban fijadas las conclusiones principales de la investigación. Alberite se define como un gran dolmen de galería, un destacado monumento que por su magnitud y dimensiones se sitúa entre el selecto grup0 de los megalitos más grandes de la Península Ibérica. Las dataciones de Carbono-14 obtenidas, de finales del Vº milenio a. C., también lo convierten de hecho en una de las tumbas megalíticas más antiguas del occidente europeo.
Además de las dataciones de radiocarbono, la posibilidad de aplicar metodologías científicas contemporáneas (estudios arqueométricos, de antropología forense, paleobiología, fotografía infrarroja, etc.), abrió insospechadas conclusiones sobre diversos aspectos, como el corto número de los inhumados (un varón y una mujer), el acompañamiento de un ajuar realizado en materias primas exóticas y el extenso empleo de cinabrio y otros colorantes. Otro de los valores que hacen único al Dolmen de Alberite es la conservación de motivos pintados y grabados que decoraron todo el interior del megalito. Alberite es un monumento excepcional por sus valores patrimoniales e históricos.
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Fortaleza de Matrera
El Castillo de Matrera está situado a una altitud de 526 metros sobre el nivel del mar en el término municipal de Villamartín. El acceso actual se realiza a través de la A-342 (Jerez-Antequera) , que al llegar a la localidad enlaza con la A-373 (Villamartín-Gaucín), en cuyo p.k. 9'5 se encuentra el acceso a la renombrada Ermita de la Virgen de Las Montañas, donde se encuentra el macizo calcáreo del que recibe su nombre popular de "Torre de Pajarete".
El Castillo de Matrera es Bien de interés Cultural (BIC) desde 1949 como monumento de arquitectura defensiva y está protegido por la normativa urbanística de Villamartín. La titularidad del Bien es privada por al que la propiedad establece el régimen de visitas. Aparte de sus valores históricos, su entrono de monte bajo mediterráneo cuenta con un gran interés natural y paisajístico.
Matrera formó parte del cinturón exterior, más allá de la línea del Guadalete, de la llamada Banda Morisca, junto con otros castillos y torres menores cercanas, como Lopera, cote, El Águila y El Bollo. Esta demarcación fronteriza estaba destinada a defender la ciudad de Sevilla y su comarca de las incursiones andalusíes desde el inmediato reino nazarí de Granada.
De su extraordinaria importancia dan cuenta lo textos históricos medievales y los testimonios arqueológicos. El Castillo de Matrera que el visitante puede observar es una construcción cristiana levantada sobre una fortaleza andalusí que en las fuentes árabes era conocida como el "Castillo de la Rosa". Esta fortaleza fue la sede de una tribu beréber, los Magïla, establecidos en la Península desde el paso del Estrecho en el 711 y daban su nombre a este distrito de la provincia andalusí de Sidonia. Miembros de este clan ocuparon importantes cargos en la administración omeya cordobesa, e incluso en este lugar había nacido el poeta del siglo XIII Abu Bakr al-Magilí.
El Castillo de Matrera está compuesto por un amplio recinto fortificado de planta poligonal de grandes dimensiones y dos accesos, denominados Puerta del Sol y de los Carros, que se abren al sur y poniente, respectivamente. El recinto y las puertas están defendidos por varias torres de flanqueo de las que hoy subsisten únicamente las bases. Aunque existen vestigios de otras construcciones, en la actualidad solo destaca en la zona norte la Torre del Homenaje de planta rectangular. Es una construcción sumamente robusta que se componía de dos plantas y un terrado. Se levanta sobre los restos de otra fortificación anterior de época andalusí fabricada en tapial calizo.
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Museo Histórico Municipal de Villamartín
El Ayuntamiento de Villamartín promovió la creación del Museo Histórico Municipal en 1998, destinándole como sede un edificio moderno construido a partir de finales de los años sesenta del siglo XX que tras haber sufrido algunas alteraciones debidas a los distintos usos a los que se destinó, ha sido debidamente rehabilitado y adaptado a su uso como entidad museística. El Museo Histórico Municipal de Villamartín fue inscrito en el Registro de Museos de Andalucía con fecha de 12 de diciembre de 2000.
Ya existían unos precedentes que reclamaban un uso museístico del mismo edificio incluso antes de la finalización de las obras. En 1973, la inauguración de la nueva Casa de la Cultura tuvo lugar con la presentación de una recopilación de objetos de interés diverso reunidos por particulares, que con intenciones de museo o colección arqueológica no llegó posteriormente a fructificar. No obstante, parece que entre otras iniciativas en 1981 existe el interés por parte de la Excma. Diputación Provincial y la Dirección del Museo Provincial, del montaje de un museo arqueológico en el mismo edificio, cesión de uso que es aprobada en Pleno Ordinario del 21 de diciembre de 1982 y que no llegó finalmente a término. Definitivamente, la creación del Museo Histórico Municipal de Villamartín fue aprobada por unanimidad en sesión plenaria del 17 de diciembre de 1998, acuerdo que fue remitido a la Consejería de Cultura junto al Proyecto de Creación.El edificio es de propiedad municipal y fue proyectado por D. Pablo Fábrega Roca a principios de los 60 como centro cultural de Villamartín. Fue construido a partir de 1965 por el Ministerio de Educación y Ciencia junto a los jardines que lo rodean. Se encuentra considerado entre los edificios más destacados de la Arquitectura Moderna en Andalucía durante la segunda mitad del siglo XX, perteneciente al movimiento moderno y más concretamente a la vertiente del brutalismo.
Se trata de una edificación exenta que se resolvió estructuralmente mediante muros de piedra caliza local y de hormigón visto sobre cimentación a partir de zapatas corridas de hormigón armado, unificando así el contraste entre lo viejo y lo moderno. Volumétricamente, el edificio consta de cuatro plantas que se adaptan al fuerte desnivel, interrumpiendo la longitudinalidad de los jardines en los cuales se ubica. Tres plantas están destinadas a fines museísticos y la última es un salón multiusos, disponiéndose la exposición permanente en las dos primeras plantas. Dados los condicionantes que impone el edificio, las colecciones expuestas se distribuyen cronológicamente a lo largo de cuatro salas dedicadas al Paleolítico, una a la Prehistoria reciente, otra a la Protohistoria, Edad Antigua y Medieval; y Edad Moderna junto al fondo numismático.
Como uno de los objetivos del Museo es la gestión de los bienes de carácter arqueológico e histórico que radican en su término, una gran parte de los fondos proceden de la necrópolis megalítica de Alberite, el yacimiento del casco urbano conocido como Torrevieja, y del recinto fortificado medieval de Matrera. La colección está formada por piezas pertenecientes al fondo municipal anteriormente mencionado procedente de antiguas donaciones de particulares y a piezas en depósito de la Consejería de Cultura. Existen dos secciones temáticas preferentes, la Historia como proceso agrario y Historia de la ciudad. Por su importancia y singularidad, destacan los fondos constituidos por herramientas paleolíticas procedentes de las terrazas fluviales del Guadalete a su paso por la localidad, cerámicas orientalizantes y turdetanas del yacimiento de Torrevieja, además de piezas de época imperial y tardorromana-visigoda pertenecientes a la importante red de villas rústicas repartidas por la comarca. Entre éstas es destacable un fragmento de documento jurídico de época de Galba o Vespasiano perteneciente a una lex desconocida que como material de acarreo fue localizado en una de estas villae. Destacan también las colecciones de cerámica califal y taifa, entre ellas un ejemplar completo de instrumento de percusión o atabal, y las vajillas y cerámica arquitectónica de fabricación sevillana correspondientes a la fundación de Villamartín en 1503, ambos repertorios procedentes del casco urbano de la localidad.
El Museo Histórico Municipal de Villamartín cuenta con almacén y depósito en el mismo edificio, laboratorio y taller de restauración, sala de investigadores con biblioteca especializada, y servicio de visitas guiadas. La plantilla del Museo Municipal está compuesta por el director-conservador, dos técnicos superiores encargados de la descripción de fondos y de los servicios pedagógicos, conserje y personal de mantenimiento.
El Museo edita bianualmente la publicación científica ALMAJAR. Revista de Historia, Arqueología y Patrimonio de Villamartín y la Sierra de Cádiz (ISSN: 1696-6244) y dispone de dípticos informativos del Museo y de los principales sitios de interés del término municipal: Dolmen de Alberite, Castillo de Matrera y Torrevieja.
Direccición: Avenida de la Feria, s/n. 11650 VILLAMARTÍN (CÁDIZ)
Teléfonos de contacto: 956 73 33 96 - Fax: 956 73 07 76
Web: http://museovillamartin.blogspot.com/
Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Director: José María Gutiérrez LópezHorarios:
- Abierto de lunes a sábado en horario de 10 a 14 horas.
- Cerrado domingos, fiestas nacionales y locales.
Entrada gratuita, servicio de visitas guiadas para grupos.
Adaptabilidad para personas discapacitadas en toda la exposición permanente.
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Parroquia Santa María de las Virtudes
La parroquia de Villamartín comenzó a construirse en la primera mitad del siglo XVI, poco después de la fundación de la localidad en 1503. Sus trazas se ajustaron a la tipología habitual de las iglesias mudéjares, con planta rectangular de tres naves separadas por pilares en los que apoyan arcos apuntados y techumbre de madera. A esta fase corresponden los tramos de los pies y la capilla sacramental, que tiene bóveda de crucería.
Hacia mediados del siglo XVI se realizó un drástico cambio de las trazas, sustituyendo el viejo planteamiento de tradición medieval por un nuevo diseño plenamente renacentista para la cabecera, el crucero y un tramo de la nave. Los soportes son esbeltos pilares con columnas jónicas adosadas con cubiertas abovedadas, en forma de media naranja en el crucero. El diseño se atribuye al maestro mayor de la archidiócesis hispalense Martín de Gainza, que también es autor de la sacristía, con bóveda muy similar a la de Santa María de Arcos, del mismo autor.
Hernán Ruíz II diseñó la torre-fachada situada a los pies del templo, que fue construida
entre 1562 y 1565. Tiene dos cuerpos, el primero concebido como arco del triunfo con dobles columnas jónicas a los lados entre las que se disponen hornacinas con las esculturas de San Pedro y San Pablo.
El segundo cuerpo tiene una inscripción alusiva a la Virgen sobre el que apoya una hornacina con la imagen de la titular. El conjunto se remata con frontón ondulado. Del mismo autor son las escaleras que unen la Sala del Secreto con la sacristía baja, una extraordinaria obra de cantería.
Una tercera etapa constructiva corresponde ya a las últimas décadas del siglo XVIII. Se realizaron entonces una serie de obras dirigidas por el arquitecto sevillano Fernando Rosales, quien renovó las cubiertas y las bóvedas, hizo cambios en la decoración interior, construyó el coro y levantó los cuerpos superiores de la torre, además de otras intervenciones.
El retablo mayor fue construido en el siglo XVII bajo la dirección de Francisco Dionisio de Rivas. Contiene esculturas de Pedro Roldán, destacando las de San Pedro y San Pablo. A mediados del siglo XVIII fue ampliado hasta cubrir todo el ámbito del presbiterio por el maestro Matías Navarro.
Es digna de mención la rica colección de platería, con obras de algunos de los principales orfebres, sobre todo sevillanos, de los siglos XVI al XVIII. De estilo barroco, destaca la custodia punzonada por José Guzmán, de la que existe un mandato del visitador en 1790: "4º. Un sol de plata para la exposición de S.M. Sacramentado para lo que ha dado un devoto 6.000 reales el resto hasta 10.000 lo pague la Fca". -
San Francisco
La Iglesia de San Francisco se encuentra en la calle del mismo nombre y forma parte de lo que fue convento.
De su interior destaca el retablo de estilo neoclásico donado por el Rey Fernando VII que está situado en el altar mayor y que fue colocado en 1828.
El Cristo de la Veracruz situado en este altar es una magnífica talla del siglo XVI y era el titular de la primitiva ermita. Se atribuye al escultor y retablista flamenco Roque Balduque.
Destacan un retablo Rococó con la imagen de Santo Tomás, una imagen de Nuestra Señora La Soledad, del siglo XVII y una magnífica imagen de Humildad y Paciencia de Jesús. También son dignas de mención una talla de San Antonio con el niño, realizada en cedro por Martín Moreno en 1644 para la Cofradía de San Antonio y las imágenes de San Juan de Dios y San Rafael que se encuentran en el Altar Mayor.
En esta iglesia se leyó y juró la Constitución el día 6 de septiembre de 1812, poco después de la retirada de las guarniciones francesas de la localidad. Ese día se celebró una misa solemne y se cantó en señal de gracias al Señor un Solemne Tedeum, como aparece en Actas Capitulares. -
Las Angustias
El templo de Las Angustias se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento. Comenzó a construirse a comienzos del siglo XVII. Tiene una sola nave y cabecera plana. Su portada es simple, con un arco rebajado entre sencillas pilastras que sostienen un entablamento. La espadaña lateral es el único elemento que rompe la uniformidad de su composición, con dos cuerpos con vanos de medio punto entre pilastras y frontón triangular de remate. En su interior, también sobrio, destaca su magnífico retablo mayor, de trazado barroco.
En su origen la capilla formó parte del convento de Franciscanas Menores Observantes de la Concepción. En la misma se encuentran una imagen de la Virgen de Los Reyes y otra de Jesús Cautivo.
Preside el Altar Mayor una imagen de la Virgen de Las Angustias con Jesús yacente en su regazo que fue realizada hacia 1951 por Juan Bernabé de Britto. -
Ermita de Nuestra Señora de Las Montañas
El Santuario de La Virgen de las Montañas está situado a unos 8 kilómetros de la localidad. Es centro de peregrinación mariano de toda la comarca, celebrándose la Romería cada año el día 8 de septiembre.
La Antigua Ermita está consagrada a la Virgen de las Montañas y a San Ginés, patrón de los viticultores. Precisamente, el origen de esta ermita era el prestar atención espiritual a los viticultores de la zona de Pajarete.
A poca distancia está situada la Fortaleza de Matrera.
Real el Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de las Montañas Coronada
Santuario de Pajarete
Apartado de correos 120 11650 Villamartín
Correo electónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Horario de visitas al Santuario Verano: Mañanas de 09.00 h. a 14.00 h. Resto del año: Mañanas de 10.00 h. a 14.00 h. y tardes de 16.00 h. a 18.00 h.
A partir del mes de octubre la celebración de la Misa en el santuario tiene lugar todos los domingos a las 12.30 h. -
Archivo Municipal de Villamartín
Al igual que la larga historia de su pueblo, el Archivo contiene un gran volumen de
documentación que data desde el siglo XVI. No hay distinción entre archivo administrativo e histórico. Se conservan series muy completas y algunas de gran valor histórico, como las Actas Capitulares (desde 1588), expedientes del pósito (desde 1728), padrones de habitantes (desde 1776), elecciones (desde 1783), y los Expedientes de Reclutamiento (desde 1734).
Hasta el año 2008 el Archivo Municipal estuvo ubicado en la planta alta del Ayuntamiento. A partir de esa fecha, se trasladó a un nuevo edificio compartido con la Biblioteca Pública Municipal Blas Infante.
El Archivo contiene un gran volumen de documentación tanto histórica como administrativa, siendo útil para la gestión del propio Ayuntamiento y para los ciudadanos, ya sea requerido con fines administrativos o como fuente para la historia.
Destacan por su antigüedad las series de Actas Capitulares (desde 1588), Disposiciones Recibidas (desde 1551), expedientes de Patrimonio (desde 1625), series del Pósito (desde 1728), población (desde 1776), Quintas (desde 1734), elecciones (desde 1783), así como abundante documentación de Hacienda (desde 1638).
Aunque el estado de conservación de la documentación es, en general, bueno, encontramos una pequeña parte con gran fase de deterioro, alguna, incluso ilegible.
CONDICIONES DE ACCESO
El acceso a la documentación viene marcado por lo establecido por la legislación vigente sobre la materia, empezando por la propia Constitución Española, que en su artículo 105 b), establece que la ley regulará “el acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos, salvo en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos y la intimidad de las personas”.
Así mismo, y en lo que al acceso a la documentación se refiere, será de aplicación lo establecido en el artículo 62 de la Ley 16/85, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, que dice: “La Administración del Estado garantizará el acceso de todos los ciudadanos españoles a los Archivos, Bibliotecas y Museos de titularidad estatal, sin perjuicio de las restricciones que, por razón de la conservación de los bienes en ellos custodiados o de la función de la propia institución, puedan establecerse.”
También será de aplicación el Decreto 97/2000, de 6 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento del Sistema Andaluz de Archivos, y más concretamente, la sección 1ª del capítulo V, que trata del acceso a los documentos y archivos.
El artículo 70.2 de la ley 7/85 de Bases del Régimen Local, que establece “que todos los ciudadanos tienen derecho a obtener copias y certificaciones acreditativas de los acuerdos de las Corporaciones locales y sus antecedentes, así como a consultar los archivos y registros en los términos que disponga la legislación de desarrollo del artículo 105 b de la Constitución.
La denegación o limitación de este derecho, en todo cuanto afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos o la intimidad de la persona, deberá verificarse mediante resolución motivada. En relación a la documentación administrativa, el derecho de acceso viene regulada en el artículo 37 de la Ley 30/92, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. En concreto el artículo 37.1 regula que “los ciudadanos tienen derecho a acceder a los registros y a los documentos que, formando parte de un expediente, obren en los archivos administrativos, cualquiera que sea la forma de expresión, gráfica, sonora o en imagen o el tipo de soporte material en que figuren, siempre que tales expedientes correspondan a procedimientos terminados en la fecha de la solicitud” Y el acceso a la documentación histórica, aparece regulado en la ley 3/84 de 9 de enero de Archivos de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que establece en el artículo 26 “todos los ciudadanos tienen derecho a la consulta gratuita de los archivos y documentos constitutivos del Patrimonio Documental Andaluz a la información en ellos contenida, siempre que éstos cumplan las condiciones de consultabilidad pública que se establecen en la presente Ley, que dicha consulta no suponga riesgo para la seguridad de los documentos...”
Finalmente, habrá que atender a lo dispuesto en la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal.
Dicha documentación es de titularidad local, aunque forma parte tanto del Patrimonio Documental Andaluz como del Español.
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Monumento al V Centenario
Con motivo del V Centenario de la fundación de Villamartín en 2003, se proyectó esta gran obra del escultor Jesús Cuesta Arana. El monumento contiene un ramillete de personajes evocadores de la fundación de Villamartín a través de dos figuras centrales que extienden la mano el uno hacia el otro en un ademán de respeto entre pasado y presente. Una representación de la memoria colectiva con retratos intemporales inspirados en el pueblo.