El pasado viernes pasó por Villamartín una nueva obra de la Compañía de Ignacio Andreu. Diferente por completo a las demás presentadas en nuestra localidad, la obra no dejó indiferente al público asistente. La propuesta de Ignacio Andreu iba precedida de obras como Por un cuñado de dólares, Con las cannes abiertas o La Mudanza.
Segismundo en el país de las maravillas es una divertida reflexión acerca de lo efímero de la vida, de cómo somos capaces de transformarnos en mejores seres si cuestionamos y relativizamos el "cómo reales" vivimos las situaciones y acontecimientos de nuestras vidas, incluyendo nuestras verdades y nuestra auto percepción de ello.
La obra presenta una clara referencia al Segismundo de La vida es sueño, de Calderón de la Barca, prisionero por su propio padre, el rey Basilio, al no considerarlo un digno sucesor al trono. El autor hace una propuesta arriesgada al imaginar que el último sueño de Segismundo hubiese ocurrido en "El País de las maravillas", otra joya literaria, en este caso de Lewis Carroll.
El resultado es una sucesión de escenas llenas de colorido con extraordinarios fragmentos en los que se unen a la interpretación de Ignacio Andreu las actrices María José Mera y Carmen Crespo. Estos tres dan vida a los duendes del país, mientras que el actor Jesús Almendro interpreta los versos que Calderón escribió para Segismundo.
Con este décimo montaje celebra la compañía su XXII aniversario. Y es que, la compañía sevillana, ahora afincada en Cádiz, comenzó su recorrido en 2001 con la comedia ‘Con las «cannes» abiertas’. Desde entonces y en estas dos décadas ha creado diez espectáculos. A este primero le siguieron ‘Pasaporte a la Moncloa’ (2004), ‘¿Quién mató a Gregorio Varela?’ (2006), ‘El delirio’ (2008), ‘Por un «cuñado» de dólares’ (2011), ‘Cuando perdí la cabeza’ (2014), ‘La mudanza’ (2017), ‘Presidente’ (2019) y ‘El sastre’ (2020), y el más reciente: ‘Segismundo en el país de las maravillas’ (2022).
Para Ignacio Andreu este sueño está plagado de guiños a la transformación del ser humano por medio y a través de distintas pruebas a las que se ve sometido Segismundo y que se suceden sin parar cargadas del surrealismo y el absurdo propios de los sueños, convirtiéndose así en un verdadero camino iniciático hacia la transformación que Segismundo necesitaba.